Desde hace tiempo, estoy en contacto con mi amigo Juan Pieruzzini quien me facilita los informes del pique de la zona de La Paz.
A Juan lo conozco hace años, cuando visite la laguna de Cochicó donde el disponía de una bajada náutica (PARADOR21) y hostería. Por esas cosa de la vida, léase sequía, decidió seguir brindando servicios pero desde la hermosa localidad de La Paz, donde actúa como guía de pesca.
La zona del Paraná Medio se vio favorecida por la creciente del río, pero debimos esperar que comiencen a bajar las aguas para tener mas chances de éxito.
Viajamos un día Viernes partiendo desde Capital Federal, recorriendo las autopistas: Buenos Aires - Rosario, Rosario - Santa Fe, cruzamos el túnel subfluvial para arribar a Paraná. Luego de transitar 168 Km hacia el norte por la RN 12 llegamos, de madrugada, a nuestro destino. En total recorrimos 650 km. Preferimos esta ruta antes de transitar la RP 6 la cual posee mas baches, si bien es cierto que por esta vía nos ahorramos 120 kilémtros.
La madrugada nos sorprendió llegando a nuestro destino, donde la clásica silueta del dorado nos recibe al ingreso de la ciudad, en esta zona se respira pesca desde el primer momento.
Nos acompañaron en esta salida de pesca Walter y su hijo, provenientes de Huanguelén localidad que se halla enclavada muy cerca del vértice de los partidos de Coronel Suárez, Guaminí y Daireaux y otro pescador de la localidad de Azul. Jamás hubieran pensado desde un comienzo el tremendo debut que estaban por protagonizar en pesca de dorados.
El sonido del motor fuera de borda de nuestro anfitrión, fue música para nuestros oídos, estábamos muy ansiosos por comenzar la pesca en este hermoso lugar rodeados de natura. Subimos los pertrechos y cañas al Tracker de 6.20 metros de eslora y zarpamos aguas arriba en busca de los pesqueros.
Al golpe
El majestuoso Paraná nos recibió con aguas transparentes, crecido pero en bajante, con una altura de casi 5 metros y la temperatura del agua en 18 grados.
Mateando en el viaje, Juan nos dio un panorama de cómo estaba pique y mostró su interés por la pesca de dorados preferentemente “al golpe”.
La pesca “al golpe”, consiste en arrojar los artificiales o cebo natural hacia la costa con la embarcación a la deriva. No es una técnica fácil porque se necesita mucha precisión y fundamentalmente la sapiencia del guía para elegir los sectores correctos donde lanzar los engaños y tener éxito. Veríamos como se comportarían los pescadores debutantes con este nuevo desafío.
Durante la travesía, fuimos armando los equipos. Preferimos usa equipos de pesca los mas liviano posible con cañas de 10 a 20 libras con Reel marine sport contender cargado con Multifilamento Spider de 0,22 milímetros.
Comenzamos las acciones con la pesca con morena como carnada, la cual la enhebramos por el costado en Anzuelos Nº 8, dejándola viva para provocar el pique.
Juan aminoró la marcha frente a una prometedora barranca, y nos dio indicaciones de donde lanzar las carnadas, bien cerca de la costa. Con los primeros tiros sin respuestas, arriesgamos más, lanzando mas cerca de la costa entre pequeñas boca zanjas o en la caída de agua de pequeños arroyitos producidos por el agua que baja de los campos, aún a riesgo de tener algún enganche.
Y la primera alegría fue para el más pequeño, Mateo realizó un lance perfecto y el pique lo sorprendió, no bien toca el agua la morena, un hermoso dorado la atacó y del cabezazo casi le arranca la caña de la mano al pequeño pescador. Él primer salto del Pirayú lo dejó atónito pidiendo ayuda al padre, recibió asistencia pronto y como pudo arrimó este hermoso cabezón de unos 8 kilos de peso. Nada mal para ser la primera captura del día y el debut de este afortunado pescador que poso con orgullo para la foto. Le explicamos como devolver su captura sin lastimar al pez, tenemos que transmitir la pesca con devolución a las próximas generaciones.

Continuamos gareteando cerca de la costa y lanzando cada vez mas cerca de la costa, yo preferí la técnica de pesca de baitcasting empleando señuelos de media agua de color blanco y rojo. En una pasada cerca de una desembocadura, vimos actividad de mojarras en superficie que saltaban escapando de sus depredadores, allí obtuvimos varios piques y me di el gusto de capturar mi primer dorado que dejo sus marcas de las dentelladas en mi señuelo nuevo.

Promediando la mañana, todos habíamos tenido ataques y logrado capturas y sobre todo las caras felices!!!.
Pasamos por otra zona de palos, donde los lances bien realizados nos dieron pique asegurado.

Observamos que los dorados tomaban los cebos cuando caían al borde de las barrancas o tras una o dos vueltas de la manivela del reel. Pocas veces se produjo el ataque de las carnadas o los artificiales cerca de la embarcación.
Hacia el mediodía, el pique había disminuido y el hambre en incrementado, por lo que desembarcamos en una isla a comer algo y descansar un poco.
Anclados con carnada
Luego de recuperar las fuerzas, nuestro anfitrión, decidió cambiar de zona de pesca y esta vez nos anclamos en las correderas del Paraná, donde el fondo rocoso delata su presencia con aguas rápidas y remolinos, lugares que normalmente emplean los depredadores para atacar a sus presas. Aquí practicamos la pesca de fondo con carnada, empleando plomos de 40 gramos pasantes, leader de acero y anzuelos Nº 8.
Es una pesca mas tranquila, de espera, distinta a la técnica que realizamos a la mañana donde el pescador constantemente lanza y recoge.
Arrojábamos la morena hacia el centro del río, lo más lejos posible y dándole hilo, dejando que los cebos recorran las piedras y aplicando movimientos de caña para darle vivacidad a la carnada y tentar el ataque de los dorados.
Y allí obtuvimos la mejor captura de la jornada, el feliz pescador de la localidad de Azul, tuvo una corrida impresionante, a punto tal de casi quedarse sin reserva de nylon en el reel. Puedo frenarlo a lo lejos y el salto de un gran dorado dejo caer su silueta “pesada”sobre las aguas del Paraná, ni bien se sumergió, comenzó a navegar en dirección opuesta, obligando al pescador a recuperar rápidamente el nylon para evitar que roce en alguna piedra y se corte. El astuto pez nado hacia la embarcación y a 20 metros de nuestra posición volvió a dar batalla con impresionantes saltos. Bien por el pescador que al tener bien regulada la estrella evitó el corte ante la exigencia de las corridas. Una vez cansado el dorado, restaba acércalo a la embarcación, tarea nada sencilla pues era una animal grande, pesado y con la fuerza de la correntada en contra.
Al fin izamos este hermoso dorado que en la balanza acusó 10 kilos !!!!! Todo un trofeo que produjo una sensacional algarabía a bordo. Luego de oxigenarlo, completamos la devolución, las aguas claras se encargaron de brindarnos el nado del pez alejándose. Una postal que difícilmente podremos olvidar.

Como verán nuestro paso por La Paz coincidió con la llegada de excelentes dorados, y la creciente del río fue un factor favorable.
Seguramente volveremos por mas, pues el Paraná Medio casi siempre nos da grandes satisfacciones y en todas las modalidades.
¡ Capture y devuelva !
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