El 22 abril de 2015, fui a la laguna de Gomen en elpartido de Junin. Llegué al embarcadero de Rincon de Hugo a eso de las 8.15 hs. y a las 9 hs. ya estaba navegando. Como tengo un motor pequeño de 3.3 HP no me iba a alejar demasiado del punto de partida, no por tenerle desconfianza al motor que nunca me dejó de a pié, sino porque el desplazamiento es lento y todo queda muy lejos, además como soy de garetear, esto también te aleja y el regreso se hace tedioso. El día estaba despejado con una muy suabe brisa del sur que apenas rizaba el agua y la temperatura ambiente era fresca a esa hora de la mañana. Navegue unos 30 minutos con viento a favor y me detuve a unos 400 metros de la costa, arroje el muerto que yo me había llevado con una larga soga, arme mi caña de 3.9 m., línea de 2 boyas chupetonas medianas color verde limón, puntero liviano con anzuelo color naranja fuerte y anzuelo nº 1 con brazoladas de entre 20 y 30 cm., de carnada mojarras chicas (fue lo que conseguí en Junin). Hago mi primer lance y veo que debo ajustar un poquito la velocidad del bote para emparejar con las boyas, hecho esto cuando levanto la cabeza y veo mi línea, tenía pique en las 2 boyas y puntero, eran toque y llevaditas cortas que no daban mucho tiempo para clavar, no me apuro en clavar y sigo esperando una llevada firme, como no se producía empiezo a juguetear con las boyas para incitar al peje a picar con ganas, para que se puso peor, ahora no solo arremetían contra las carnadas sino también contra las boyas, como ya había metido varios de aburrido nomas, ya sabía que en esa sopa de cornalitos, sí cornalitos, no iba a pescar nada. A todo esto los cornalitos me habían comido un tercio de las mojarras en mi loco intento de pescarlos con azuelo nº 1, así que debía hacer algo o me iba zapatero. Levante la caña y el muerto y me deje llevar por el viento, éste me arrastro hasta el centro y ahí decidí probar nuevamente. Línea al agua, al rato veo un movimiento extraño en el puntero, me paro, recojo un poco de multi suelto y me preparo, lleva firme y clavo justo, mi primer pejerrey de medida venia a los cabezasos. Ya eran cerca de las 11,30 hs. y el pique se ponía bueno, no eran matungos pero sí pejerreyes que valían la pena, picaba mañero, tocaban y largaban, volvían tocaban y de repente llevaban firme en una corrida corta, si los dejaba largaban, así que había que estar muy atento y clavar en ese momento, no saqué ninguno tragado, todos clavados con lo justo y muchos con algo menos ya que perdí muchos mientras los traía. Entre las 12.30 y las 13 hs., el viento aumento un poco, el agua estaba mas movida y ahí empezó el show, picaban mas confiados y también eran mas grandes, el pique era constante con algún doblete e incluso me paso, de clavar en una boya y enganchar en otra en la que no había visto pique alguno. A eso de las 15 hs. el viento volvió a parar y como yo ya tenía mis 25 pejes de la cuota, decidí dar por terminada la jornada con 3 pejerreys de algo mas de 35 cm. y el resto entre 25 cm. y 30 cm. También saque unos 6 o 7 que no daban la medida y devolví al agua, sobre éste tema de la devolución voy a pegar la opinión de un técnico que encontré en el Facebook, creo que es un tema polémico y hay que tratar de recabar otras opiniones para confrontar y tomar luego una decisión. No llevé cámara, así que pongo una foto que tomé en mi casa con algunos pejerreyes que todavía quedaban en la heladera.
DEVOLUCIÓN DEL PEJERREY PESCADO PEJERREY DEVOLUCION AL PESCARLO DEVOLUCION: Carlos Riviere, técnico de Piscicultura. La práctica no garantiza la preservación de la especie. Existe la creencia entre los pescadores tucumanos y del resto del país que la devolución del pejerrey al agua, sea chico o grande, preserva la especie. Nada más lejos de la realidad. Se trata de una especie delicada que contrasta con la robusticidad de otras, como el dorado, la tararira o el bagre, cuyos ciclos de vida se completan sin muchas dificultades. En el caso de las “flechas de plata”, el “cañazo” implica de por sí el primer daño. Al animal se le estira el espinazo y luego, al manipularlo, el descame abre la posibilidad de que por esa lesión (en los humanos equivaldría a un raspón) ingresen parásitos y hongos. El tercer hecho traumático para el pez es el cambio brusco de atmósfera, ya que pasa violentamente de un medio acuoso al aire. Esto lo condena a la muerte. En todos los casos, el pejerrey muere a las horas o días posteriores. Basta ver en las jornadas de piques cómo algunos ejemplares pasan flotando o se desplazan con dificultades cerca de los botes para comprobar esta realidad. Esos pejerreyes son presas del biguá o “chumuco” , cuando este u otros predadores se zambullen en busca de comida. Es decir que las aves o los piscívoros de otras especies que conviven con el pejerrey en el lugar terminan el ciclo depredador que comenzó el hombre sin saberlo, o intencionalmente. ¿Cómo evitar esta situación? La pesca del pejerrey tiene que ser sencilla y prolija. Cuando las capturas son chicas hay que guardar el ejemplar y tentar a los de mayor tamaño con anzuelos y carnadas más grandes, y en otras profundidades. Si la situación no varía, se debe cambiar de lugar. Una vez realizada la captura, lo apropiado no es quebrarle el cogote al pejerrey. “La muerte tiene que ser súbita. Es decir, con un golpe seco entre el cogote y la cabeza. Se puede usar el cabo de un cuchillo o un palito de escoba”, explicó Carlos Riviere, técnico de Piscicultura.
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