La laguna la http://www.eldia.com/Saladita" rel="nofollow - - Monasterio es, en estos momentos, la que más está rindiendo, especialmente en lo que hace a la pesca embarcada, por lo que está siendo muy visitada por los pescadores platenses.
Claro que su visita no solo tiene el atractivo de la pesca, ya que el http://www.eldia.com/lugar" rel="nofollow - En nuestro caso, nuestro principal objetivo era la pesca, y con ese fin salimos de http://www.eldia.com/La%20Plata" rel="nofollow - Para http://www.eldia.com/llegar" rel="nofollow - - metros , hasta pasar el puente, y luego bajar a la http://www.eldia.com/derecha" rel="nofollow - Cabe destacar que el pesquero está abierto los sábados, domingos y feriados, y algo muy importante es que no se reservan los botes, los que se entregan por orden de llegada. Otro detalle es que los días de lluvia el predio está cerrado, lo que se hace para preservar el camino de 8 kilómetros de tierra que lo separan de la autovía.
A LOS BOTES
Ya en el pesquero, llegamos hasta la zona de botes, donde nuestra embarcación ya estaba lista para salir a navegar.
Cabe señalar que hay una pequeña dotación de botes y motores en alquiler, y también una bajada para embarcaciones particulares, cuyos motores no podrán superar los 15 HP.
En nuestro caso, preparamos los equipos para la jornada de pesca con cañas de 4/20 mts, reeles con multifilamento y una línea especial que siempre nos dio muy buenos resultado en estas épocas de fríos entre los juncos.
La línea consistió de dos boyas, una chupetonas de color, del tipo españolas, con anzuelos 2/0, y otra con boyas palito de color negro y anzuelos 3/0.
El día se había presentado con sol, buena temperatura y poco viento.
Para buscar nuestra cosecha, decidimos tomar a la derecha del pesquero, recorriendo toda la vuelta de la laguna hasta llegar a un bajo, a 50 metros de la costa, con una profundidad de 40 cm de agua y bastante vegetación sumergida.
El poco viento que teníamos lo aprovechamos al máximo, ya que la pesca la hicimos anclados, y siempre pescando contra la costa.
Los piques se dieron apenas se alejaban las boyas del bote, con pejerreyes a los que le costaba comer, y que varios perdimos a la hora de acercarlos a la embarcación.
En ese sector obtuvimos más de una docena de hermosos pejerreyes de más de 30 centímetros, y al mediodía decidimos cambiar de sector para buscar la zona del canal, que está de la mano derecha del embarcadero, y hacia el fondo, donde hay un alambrado y una gran zona de juncos.
LOS “PEJES” MAS GRANDES
Nuevamente fue llegar y parar el motor 100 metros antes, utilizando los remos para no hacer ruido en el sector y que los pejerreyes no se vayan de la zona.
Encarnamos con mojarras grandes, y dejamos derivar las líneas anclados entre los juncos.
Y si bien esta vez los piques fueron menos, los ejemplares fueron más grandes, ya que algunos pejerreyes llegaron a los 700 gramos.
El lugar nos estaba regalando varios matungos, y llegando la hora de retirarnos, decidimos garetear el centro para ver qué pasaba.
Para nuestra sorpresa, había más pique, pero de piezas muy chicas que apenas pasaban la medida, por lo que muchos fueron devueltos.
Como conclusión, hay que decir que lo aconsejable es buscar la zona de bajos y juncos, donde están los matungos, ya que a veces es mejor menos cantidad pero mejor calidad. Y destacar que el cámping ofrece buena sombra y posibilidad de acampar.